jueves, 9 de diciembre de 2010

INVESTIGACIÒN ¿DÓNDE?

UNIVERSIDAD PERUANA: ¿y la investigación?
 Alex M. Hernández Torres.
“En la tierra de los ciegos, el tuerto es rey”
La Universidad es la institución más importante del país y de la humanidad, por la sencilla razón de que forja los ejércitos de cuadros racionales calificados para el desarrollo económico, social, político, educativo, cultural y ético de cada nación. En el Perú, a lo largo de la historia republicana ésta Institución es permanentemente maltratada, distorsionada y hasta intervenida por el Estado porque no siempre reproduce los cuadros para la dominación, la dependencia, ni la alineación: su intelectualidad es crítica, contestataria, siempre avizora el cambio, es futurista, carece de demagogia, por todo esto es temida por los inquilinos de turno del Poder que siguen sirviendo a intereses extranjeros, menos a nuestras nacionalidades. Por esto no contamos con un proyecto político nacional estratégico ni sostenido y menos con un proyecto educativo nacional; cada gobierno anarquiza más la educación y somos malas fotocopias de modelos extranjeros. En este contexto, la investigación científica promovida por el Estado es una burla, porque éste no tiene independencia política ni se integra al aparato productivo, lo más que hace es utilizar brillantes cuadros del pueblo para que sirvan a los intereses económicos del gran poder de las transnacionales y monopolios.
EL DRAMA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Durante los 30 últimos años del siglo XX, el Estado nunca antes había atentado tan organizada y cruelmente contra la universidad y la capacitación y especialización de profesionales en investigación científica. La ley general de educación 19326, del año 1973, dictada por el gobierno del General Velasco Alvarado, estableció los estudios de Postgrado escolarizados en el tercer nivel de educación superior. Así mismo, a la universidad se le otorgó la facultad de elaborar su Estatuto mediante la Asamblea Estatutaria Nacional. Como se sabe, el Estatuto rechazó los Estudios Generales e introdujo la Facultad de Nuevo Tipo, razón por la cual la dictadura nunca lo aprobó y más bien dicho documento terminó en el tacho de basura.
De este modo, durante un promedio de 22 años, hasta aproximadamente el año 1995, los estudios de Postgrado que generan segundas especialidades, maestrías y doctorados desaparecieron, la universidad no pudo implementarlos. Ahora, el país padece éstas graves consecuencias al carecer del número, suficiente de profesionales de alto nivel que requiere la sociedad en su conjunto. Deliberadamente varios gobiernos dejaron de implementar una política estratégica de generación de cuadros. Los Estudios Generales que desde 1973 fueron rechazados a nivel nacional por la universidad pública y privada de entonces, ahora son implementados subrepticiamente en casi todas las universidades privadas de reciente creación y lo mismo siguen haciendo en universidades públicas que fueron intervenidas, al margen de la ley.
Por si esto fuera poco, la dictadura fuji-montesinista y sus aliados, eliminaron en la universidad la tesis de graduación para bachiller, ahora, se les sigue otorgando automáticamente. Así se trunca no solamente la posibilidad de investigar sino que han desaparecido los cursos que permiten preparar al alumno para este fin. No conformes con este atentado y desnaturalizando la evaluación que exige el nivel superior de estudios, se autoriza a la universidad, previo pago de sumas onerosas, la dación de licenciaturas a cambio de un simulacro de "cursos de actualización". En esta forma, virtualmente se ha liquidado, la posibilidad de realizar investigaciones y se incrementa. El camino a la intensificación de la mediocridad. La universidad, en este contexto, forma al profesional peruano.
El Estado eliminó, desde 1973 hasta 1995, los estudios de segundas especialidades, maestrías y doctorados y, desde 1990 hasta la fecha, otorga bachilleratos automáticos y licenciaturas sin tesis, destruye así sistemáticamente la investigación que es la tarea más importante de la universidad. Que el estudiante no pueda investigar no es su gran culpa, el drama es que no existen suficientes profesores investigadores capacitados para enseñar, una buena parte reina en la mediocridad.

El drama se agudiza al constatar -mediante diversas encuestas realizadas a nivel nacional-, que el método que utilizan las universidades e instituciones que hacen investigación en ciencias humanas, sociales y aplicadas, es únicamente el método positivo y apenas orillan las investigaciones cuantitativas y no cualitativas. Este método que se supone debe ser de dominio pleno por quienes enseñan, es también desconocido o conocido a medias y, peor por quienes aprenden. Esta es una de las causas del sindrome TMT "todo menos tesis" que ya tiene e ignora el estudiante de pregrado y padece el estudiante de postgrado, y lamentablemente "en la tierra de los ciegos, el tuerto es rey". A esto se agrega que muchas Escuelas de Postgrado en el país reciben a alumnos con total desconocimiento de los elementos básicos y fundamentales de las abstracciones teórico-epistemológicas y el manejo de las metodologías y las técnicas que les permita realizar investigaciones exitosas y que sirvan realmente al aparato productivo y cultural de la sociedad.

A estos males se agrega, la pérfida intervención de la dictadura en diversas universidades públicas con el objetivo de despedir profesores de gran prestigio y así generar capital humano para las recientes universidades privadas, porque eran conscientes que el país adolece de suficientes docentes calificados para este nivel de enseñanza. El despido, en unos casos, se hizo bajo presión y chantaje, y en otros, en complicidad. Con autoridades corruptas. Eliminaron cursos de gran valor para la investigación científica e implementaron currículos obsoletos del siglo XVIII. Generaron el currículo oculto que tiene como norte la "teoría del caos" en donde prima el llamado apoliticismo y la desideologización. Siguen enseñando el culto a la ciencia por la ciencia, la teoría por la teoría, sin ninguna aplicación práctica. Crearon un aparato administrativo burocrático-policiaco que hasta ahora supervive, logrando que prevalezca la línea de control trazada por la dictadura, sobre la función académica científica que es el pilar central del quehacer de la universidad. Este control dictatorial, en el actual gobierno democrático, subsiste intacto en las universidades que ayer fueron intervenidas.

A la distorsión planificada por el Estado contra los fines y objetivos de la universidad, se suma, hasta ahora, la desaparición del Instituto Nacional de Planificación, con el objetivo, de promover la falaz idea de que el mercado se encarga de planificar todo, así la universidad fue aislada de la sociedad, con una mínima relación
.Universidad Estado Sociedad. Ahora se sigue maltratando al docente universitario que recibe un magro salario que permanece congelado, desde hace más de doce años. En muchas universidades, públicas y privadas, más del 50% de docentes siguen contratados a pesar de tener vínculo laboral de muchos años, se les niegan el derecho a investigar y a realizar proyección social. No es ninguna exageración afirmar que el profesional dedicado a la universidad financia la educación superior
.Este drama de la universidad, ayer fue adecuadamente manipulado por la dictadura a través de los medios masivos de comunicación, ahora, lo mismo hacen los llamados gobiernos democráticos de muchas universidades, el caos y la mediocridad reinante en la universidad no es culpa del Estado y sus aliados, sino de maestros y alumnos "politizados" y encima "malos".
GLOBALIZACIÓN E INVESTIGACIÓN
La urgencia de organizar la investigación científica bajo estas características es más apremiante si tenemos en cuenta que vivimos en el tiempo de la globalización que, por cierto, no tiene una sino dos caras, y no es únicamente económica, sino que abarca todos los aspectos de la vida material y espiritual del sistema político social planetario y en particular de cada Nación. Los que tanto hablan de globalización están olvidando, consciente o inconscientemente, que deben comenzar a globalizar el funcionamiento fisiológico de su cerebro y psíquico de su conciencia, dejar el idealismo trasnochado y la metafísica, para siempre.
La tercera revolución tecno-científica tiene la peculiaridad de que todo conduce a la automatización bajo los grandes avances de la informática y la electrónica, y por esto la fuerza de trabajo humana viene siendo desplazada a pasos devastadores, generando grandes desempleos, la misma que por no estar capacitada no tiene más remedio, por ahora, que quedarse desocupada, incrementándose la pobreza e incluso la extrema pobreza. En esta forma, los efectos económico-político-sociales de este fenómeno, tiene diferentes consecuencias en los lugares donde se aplica. Se da el caso de que en los llamados países del Primer Mundo industrializado, el índice per cápita de cada habitante supera los 20 mil dólares anuales y, en países del Tercer Mundo, como el nuestro, el índice de ingresos por cada habitante es un promedio de 500 dólares anuales. Las diferencias son más que evidentes para darnos cuenta del atraso en que vivimos.
No debemos olvidar algunas características en el campo educativo que explican estas abismales diferencias. Los países desarrollados de Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón destinan para educación y ciencias aproximadamente el 20% de sus presupuestos nacionales anuales, en tanto que en el Perú, en educación superior, no llega al 3% anual.
Se debe agregar que la docencia universitaria a nivel nacional, prácticamente subvenciona la educación superior, porque el promedio de sus magros sueldos oscilan entre los 200 y 250 dólares mensuales, entre profesores auxiliares y principales, sin mencionar al ejército de contratados cuyo sueldo no llega ni a los 150 dólares mensuales.

Entonces, la Universidad al encargarse de calificar la mano de obra, se convierte en una de las posibilidades para superar estratégicamente el subdesarrollo y el secular atraso de la sociedad. Aunque parezca un sacrilegio contra la teoría de que, en primer lugar la base económica determina todo el desarrollo de la sociedad, no debemos olvidar lo que Gabriel García Márquez dice: "creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social y la educación será su órgano maestro". Esto tiene congruencia si se entiende la ley histórico-natural de que, existe relativa independencia de la superestructura del sistema político social con respecto a su base económica y, por lo tanto, la educación y la cultura contribuyen decididamente al cambio de la sociedad en su conjunto.

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